Aquí, un ritmo animado acompaña la transparencia de luz que hace vibrar los colores. La sutileza de lo esencial subraya el poder evocador de los olores y sabores que surgen de la cocina de Alejandro Ruiz.
Se mezclan los aromas y los sabores de hierbas mediterráneas con las oaxaqueñas. Así, la albahaca y el romero comparten sus tintes con la hoja santa, la pitiona y el shorobobo. Asimismo, granada, pescados y mariscos, venado y cordero alternan con chapulines, huitlacoche y quesillo.
Cinco sentidos influenciados por una extraordinaria vivencia gastronómica.